Juventud que nunca tienes suficiente de nada…
Avidez de vuelo por los bosques más frondosos,
en busca de ninfas, de duendes, del enano saltarín,
de la rana encantada, de que no la conviertan en princesa.
Soñar con los atractivos sueños de los soñadores eternos,
deambular en brisa por entre las hojas de un olivo milenario,
y tener cerca un pino que se deja circular por las ardillas en familia.
Juventud, no me abandones, al menos mentalmente...
llévame en vuelo, alguna vez, por los recuerdos cuerdos,
por las más sanas nostalgias donde hice algún bien,
donde amé mi entorno…
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