divendres, 4 de març del 2022

Con la música a otra parte


Bien sabido es que me gustan los niños, sino no hubiese podido pasarme entre ellos más de cuarenta años, muy bien por cierto. Pero hoy me he acordado de la madre de uno, a algún iluminado se le ha ocurrido regalarle un tambor que es más grande que él y una especie de puño alargado de madera que hace un ruido ensordecedor. El niño, un niño ya crecidito, ha bajado a la plaza y ha tenido una actuación estelar… a mi me ha cogido en plena siesta y que me perdonen las eufóricas pero no he podido aplaudir, solo rezar para que se fuera con la música a otra parte…

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