Septiembre ya ejerce de otoño, el calor tiene otro tinte y las hojas de morera proliferan cada vez más. Llueve con aullidos lastimeros y en poco tiempo está seco, como si no hubiese pasado nada. Tengo ganas de apagar el aire frío y abrir un poco las ventanas, para vivir y respirar con más naturalidad. Otoño, de él diría que es el café con leche de las estaciones, tirando más a café, como a mí me gusta, cargadito de muy buenas experiencias...
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