Los indicios del otoño cada vez son más significativos, caen las hojas de morera, crecen los membrillos y en las terrazas ya es frecuente la visita de alguna brisa deliciosa, la fiebre de los cubitos de hielo, tiende a desaparecer y, a no tardar, el humeante café corto, el café con leche y el Cacaolat caliente volverán a triunfar, soñando ya en las estufas habilitadas de las terrazas...
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