Amo la paz de la calle que te acerca,
la arboleda rindiendo pleitesía de suavidades ondulantes,
que acarician tus caminos y dan solemnidad a tu llegada.
Amo el silencio casi mítico de la caída de la tarde,
donde un sol en decadencia se muestra artístico,
garabateando con las nubes cercanas a la montaña.
Amo verte sin luces especiales, tú eres el brillo, la luz,
toda la transformación de las proximidades,
tú eres el color en los ambientes,
un baño de primavera para toda la naturaleza.
Amo la calle que te acerca, el silencio, tu luz...