Tengo indicios, sé que dicen que dijeron, que te vieron pasar cejijunta y cabizbaja por la playa desierta del invierno, la playa virgen y natural, en estado puro, la playa que gozamos los dos como un placer sólo al alcance de los elegidos. Posiblemente yo estaría por allí, soñando con las brisas acariciando las olas y cogiendo tu mano, bebiendo futuros y destinos. La vida da muchas vueltas y el sol no sale cada día con la misma intensidad… y un día me vi en la playa de una isla triste donde no estaba tu mano, quizá estaría como yo soñando plenamente en nuestro ayer.
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