Vi la paz y la calma, el abrazo, el tierno calor del amor... en la cara de mis padres. Vi el sentido y el orden, el talento y la clase, la intensidad noble del abrazo sincero, la calma del beso que hace silencios del bullicio y oscuros porque todo perdió su importancia... sí, todo esto y más, lo vi en la cara de mi esposa. La ilusión, las ganas de vivir, el llegar, el acudir, el arrimar todos los hombros posibles, poner el corazón caliente, el alma en vilo y todos los sentidos en forma de pétalos prometedores primaverales, eternos, todo esto me lo hizo ver la cara de mi hijo, mi único y buen hijo...
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