Hoy voy de despedidas, del mar de Tarragona, del río Francolí, del puerto y del patio de la escuela, mañana ya sin niños… Nos vamos a Deltebre, unos días, para llenar de buen oxígeno todos nuestros depósitos. Nos esperan los brazos abiertos de las nostalgias y también los del presente. Ya me veo divisando el Delta del Ebro, entre río y mar, un sueño, una delicia poética...
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