Llegó sin hacer ruido, pero era especial, su sonrisa en sí ya era integradora, tenía una afinidad, una empatía y, sobretodo, una bondad que, en nada, la sentimos como el alma del grupo. Era referencia y consultorio, era buena amiga en la que podías confiar y acudir, porque siempre estaba bien dispuesta y con los brazos abiertos. Todos la queríamos, era nuestro más preciado tesoro, pero todo tiene su fin y un día se terminó el verano y, con el sol, se marchó la mejor luz...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada