De niño debía ser bastante tontín… me gustaba hablar y jugar con los niños mayores, los de mi edad me aburrían y, cuando no había más remedio, les contaba de mis andanzas con los niños grandes... y era el jefe de los indios, el capitán del equipo, el que persigue a los malos… En fin, un niñato que no se daba cuenta de lo que hacía, ni de porqué lo hacía, pero no duró mucho, poco a poco me puse, o el tiempo me puso, en mi sitio, respiré, me sentí mucho más cómodo, así, siendo uno más, natural, normal, feliz…
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