la flor en el cerezo nevando el árbol,
el amanecer tímido que asoma en la playa
acariciando despertares que dejaron atrás
los excesos de la adolescencia.
Me gusta la noche, porque lleva implícita...
la libertad que se le supone al día,
y, además, tiene la luna que te lleva en vuelo
y te acerca a los sueños que viven en las nubes.
Me apasiona la vida porque allí viven los ángeles,
algunos invisibles, otros a tocar…
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