Vaya hombre, no le gusta pescar,
ni dormir, ni el café, ni la luna…
No le gusta el vino ni la noche,
le aburre el bosque,
aborrece el mar y las tormentas,
odia el arcoíris y las auroras boreales.
No le gusta escribir...
y de las rosas, ni las blancas,
le fastidian las sonrisas...
de las muy hermosas amapolas rojas.
No le gusta la lluvia,
ni mirar el frío tras los cristales,
no llora, no ríe, ni sonríe…
No conoce el amanecer de nada,
tiene hielo en el alma
y sus mariposas ya no aletean,
parecen muertas, parece muerto...
lo mató un amor que no tuvo afinidad,
que no fue a dos, que no fue...
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