El amor no vino de su pelo en bandolera,
ni de sus ojos felinos con incursiones de cielo,
tampoco vino por su aparición original...
en una primavera camuflada en el invierno.
No, no vino en una sonrisa de invitación,
tramando mensajes orientados…
El amor vino al acercarme, al hablar, al escuchar,
al compartir la apreciación de los espacios,
al verte actuar con el entorno.
El amor vino como se presencia el rocío
...o las auroras boreales.
El amor se dio al catar tu aroma,
de cerca, con el sol por testigo,
y los observadores que miran tras las ventanas,
y el sello de la luna cerrando la tarde con beso.
Fue puro, natural, de corazón...
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