Estoy en Deltebre, quería comer naranjas y Marcel·la me ha regalado una bolsa, excelentes, nada que ver con lo que venden por ahí… Los amigos de mi hijo circulan como Pedro por su casa, y yo feliz de verlo. Mañana es Nochevieja y tenemos cena familiar... ya todo está a punto, ya llega el momento, el evento, como la espada de Darío, se anuncia con el vivo reflejo de la ilusión de estar juntos y cantar en silencio todos los villancicos de las mejores esperanzas…
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