Pues sí, también hay patos en el río romano, y alguno de color blanco, y de cuello verde, y hembras hermosas que coquetean escondiéndose por las hierbas de la orilla. Y, al oscurecer, ya aparecen las luces que iluminan los puentes, y la luna asoma sus destellos que el sol le cede gustoso durante su día agotador. Cierro los ojos y podría ser el Ebro, sólo podría, el Ebro es mucho río…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada