Pues sí, Roma también tiene su río, con puentes más o menos románticos, con músicos callejeros, incluso una con un arpa que sonaba angelical y otro con una guitarra eléctrica, con la que cantaba con una voz desgarrada, preciosa, y en la otra punta, un saxo que me tuvo boquiabierto un lago rato. He pensado que todos podrían actuar en cualquier sala de fiestas que se precie, he incluso en cualquier concierto, donde suelen escucharse músicas mucho peores. Pienso que les haría falta un buen padrino, pero no abundan…
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