Por pedir deseos que no quede, así que, en la Fontana de Trevi y al compás de unas monedas, pedí salud y paz, y el final de la codicia, y la vuelta de la humanidad. En los santos lugares, como la Basílica de San Pedro o la Capilla Sixtina, me acordé de los que sufren y tienen sed, sobretodo de justicia. En las maravillosas iglesias, como la de San Ignacio de Loyola, la de San Lorenzo, he pensado en los que nos dejaron y en los que están en edad de merecer, lo bueno y decente de la vida. Por pedir que no quede...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada