En estos tiempos tan navideños, mi deseo no es que, de repente, todo el mundo se vuelva bueno, sino que le aflore la autenticidad… es como cuando en un velatorio, el finado era genial en todos los aspectos, y tampoco es esto... creo que, con el debido respeto, en estos casos basta. No, no todo el mundo es bueno, ni siquiera por Navidad, y algunos aumentan su condición de maldad ingiriendo muy buenas dosis de hipocresía. Procuremos ser muy sinceros, también en Navidad, ir de frente, con la cabeza alta, quiero decir. La Navidad es un tiempo muy adecuado para la reflexión, para mirarse a los ojos…
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