Y después del verano...
en mi casa suspirando por ti,
cuántas vueltas da la vida,
incluso pasó por mi puerta,
por mi playa, y pasó, pasó de largo,
como aquella ráfaga de luz
con la que uno sueña...
para iluminarse de por vida.
Pero poco es eterno
en este nuestro paraíso particular,
y, a la sombra de un café,
nacen nuevas esperanzas de suspiro.
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