Mi abuela solía decir que la pereza es la madre de la pobreza, y no andaba muy lejos de la verdad, al menos, como mínimo, te mete por los inciertos caminos del despropósito y la insatisfacción. También decía aquello de que no hay que dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, o no digas ya lo haré, sino que ya está hecho… Todo esto, que ustedes ya saben muy bien, viene a cuento porque hoy no he completado mi habitual horario de ejercicio, y es que la tarde era fría y oscura y la señora pereza ha hecho su aparición traicionera...
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