Confieso que a veces me pierdo merodeando por los conceptos del machismo y de los respetos entre el hombre y la mujer. Uno siempre apuesta por la igualdad y la equiparación y si ha de haber alguna diferencia que sea por preparación e implicación. Reparo por ejemplo en los piropos, no en los que insultan o menosprecian, sino en aquellos que son literarios y que enaltecen igual que respetan… ¿Y por qué no un piropo para tu chico, como expresión natural de un sentimiento sincero? No hablo de los piropos de andamio, groseros y malsonantes, hablo de algo que va de alma a alma y que te sale así de fluido, así de limpio y poético, artístico… Pensar en la mujer me lleva a los conceptos de madre, esposa, amiga, compañera, un amor que nadie conoce si no lo vive a dos. Maltratar a una mujer representa haberte ido, sin saber por dónde vas ni lo que haces. Un respeto mutuo, un amor sincero, y mil piropos de ida y vuelta…
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