El abrazo que te rompe los huesos y te recompone el alma,
el abrazo de mi padre, fuerte, muy intenso, interminable,
que casi te ahoga y que, de pequeño, no entendía mucho,
y de mayor, cuando ya no está, tanto noto a faltar…
Mi padre, prototipo de buena gente, familiar, entrañable,
entregado a los suyos hasta el final…
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