Pues eso, la he visto y la he mirado… unos veinte años, rubia, ojos de mar de cielo, melena al viento con una cierta ondulación que acaba en rizos, de peluquería, diría. Llena bien los pantalones, anda con una firmeza pausada, segura, la miro, pero nada de ojos lujuriosos, sinó más bien como aquel que aprecia la hermosura de la primavera de una mujer, y quien mejor que una bella joven, en edad de todos los merecimientos, puede bien representar la floración en luces de la primavera…
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