En la calma de los paseos, un banco estratégico… Unas tórtolas campan con parsimonia y ni se inmutan ante mi proximidad, ellas habitan sus espacios, incluso me miran como desafiantes, como si fuera un intruso que vulnera su intimidad. Me siento y rodean el banco, me pasa alguna entre los pies y esperan que les dé algo de comida, que parece que es lo habitual por esos lares, distracción de jubilados…
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