Escribir desde la confinación, aunque sea voluntaria, es hacerlo desde la consternación que supone alejarte, evitar contactos, nada de besos y abrazos, nada de reuniones ni espectáculos. Pues no me digan que no es un poco triste, pero yo puedo pensar en el sol, y en los besos, incluso aquellos que no damos, aquellos que no dimos y tanto nos arrepentimos. Puedo pensar y escribir de los abrazos, aquellos que tanto reconfortan, que tanto reconstruyen y nos humanizan…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada