Me encanta el sabor del pulpo, me gusta en sus mil versiones… con patata como lo hacían mi abuela y mi madre, a la gallega a rodajas sobre una base también de patata y un poco de picante, enteros de ración y fritos, como comimos en Tenerife, pequeñitos y encebollados son una delicia, también a la plancha con una picadita de ajo y perejil y, en el pueblo, incluso hay quien lo pone en la paella, como sustituto de la sepia. El pulpo, todo un placer.
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