En el hotel Perla han llegado un grupo de gallegos, parecen gente bien, enjoyados, un poco ruidosos para mi gusto, pero simpáticos, educados, con su lengua tan musical y edificante… Cuando escucho las lenguas oficiales de cada comunidad me suenan a gloria, a riqueza histórica y cultural, que se tienen que respetar y conservar, además de querer por encima de todo, sobretodo por encima de cualquier estupidez totalitaria. El grupo de Córdoba también se las trae, son espontáneos, tienen el chiste fácil y se ríen hasta de su sombra, además se comen letras y dejan las palabras como flotando en alegrías, muy flamencas claro…
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