Predador y presa, pero... quién es quién, el cándido que se derrite a la primera sonrisa o la que bebe los vientos del conquistador de treinta con apariencia de veinte. Vencedores y vencidos, pero quién es quién... sigue siendo la pregunta del millón. Lo ideal es cuando no se manda, cuando no hay propósito nocivo, cuando se te va la vista y el alma, sin control, detrás de unos ojos receptores a los que también les llega la llamada del amor. El amor siempre es puro, lo demás es otra historia diferente…
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