La calle vacía, el viento levanta alguna hoja que se cree en otoño, las olas blanquean al besar la arena… Desde mi roca favorita contemplo la inmensidad azul, las gaviotas me saludan, o al menos lo parece, casi que formo parte del paisaje y ellas lo saben y no se inmutan… Hoy no esperaré a la luna, me retiro con un buen baño de sol y un tinte de azul...
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