Nuestra amiga del alma nos invitó a una mariscada, por la amistad, por la ilusión, por el lugar, por el bendito san queremos que es todo un amor. Pero nos engañaron un poco... la susodicha estaba hecha al vapor y algunas cosas estaban como hervidas, sin sabor, o todo con el mismo sabor. En fin, lamentable, en su defensa sólo decir que las viandas estaban frescas, lo que todavía indigna más su mala ejecución, lejos del sabor de la plancha habitual…
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