La veía tan guapa, tan proporcionada,
tan coherente en sus formas de manifestación.
La veía tan lúcida, tan plácida, tan natural…
Contemplarla era un goce, una delicia,
con aquella sensación de primavera.
Recuerdo el geranio en pleno esplendor,
aún no tiene flor pero es puro brote,
incipiente proyecto de entusiasmo,
así eres tú, mi realidad preciada y latente…
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