dilluns, 26 de desembre del 2016

Tu prudente proclama

¡Qué pocas veces estoy solo!
Incluso cuando voy perdido por lo espeso de los bosques,
o cuando voy por las playas desiertas del invierno,
siempre llevo la luz de los libros amigos,
la experiencia de los expertos,
y, sobretodo, aquella sana clarividencia 
que me proporciona  tu agilidad mental, 
el mirar de tus ojos, tu prudente proclama,
que siempre es firme solución... como un divino acorde.

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