La Teresa y yo estamos en Barcelona, ciudad importante donde las haya y, además, con mar, Mediterráneo, por supuesto, ciudad condal y archivo de cortesía... ¡En fin! para qué seguir, sólo hace falta tener buen gusto para dejar por aquí el corazón. Aparte de visitar todos los santos lugares, hemos ido a comer al restaurante ”Can Culleretes”, donde mis padres comieron cuando se casaron, hace la friolera de 76 años. Ha sido un placer y he captado la sonrisa de mis padres… Nosotros, como de incógnitos, anónimos, como dos novios, también hemos sonreído de placer, y después hemos paseado por el mar…
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