en aquel árbol centenario,
que muestra su placer de vivir,
sacando ramas como brazos que abrazan.
Cuidarte, cual niña traviesa,
saltando entre los nenúfares de la fuente cercana.
Y como no, me encantaría tenerte
sin que tuvieras ninguna sensación de pertenencia,
simplemente estar contigo, en mi bosque, nuestro…
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