Deltebre, mi casa, la de mis padres… Al abrir la puerta siento mi alma manchada por las auras de lo bendecido. Cada rincón es un recuerdo, un espacio donde gocé, sobretodo del regalo de la presencia de todo el amor de mis padres. La higuera que ya no está, la máquina de forrar botones que ya no existe, mi madre cosiendo, mi padre en el huerto, y yo estudiando en mi cuarto pintado de azul. Y en la tienda, alpargatas de esparto y cazuelas de todas medidas, y vasos y platos… Vuestra casa padres, la mía, mi vida de amor con vosotros…
Genial, no sabia que tenies un blog, m'hi pasaré de tant en tant :)
ResponElimina