Mi abuela, al levantarse de la cama, se recorría todo el pasillo dando las gracias a nuestro Señor y al sol dichoso por el nuevo dia. Ella, plena de sinceridad, iba diciendo:... “muchas gracias a nuestro Señor y al sol dichoso”… Me hace gracia lo del sol dichoso, el reconocimiento y veneración que le hacía, como una manifestación divina. Mi abuela, buena gente donde las haya y una excelente clueca familiar, un encanto.
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