Campos de girasoles, olivares de Jaén, mares de trigo de la inmensa llanura castellana, verde alfombra del más hermoso de los deltas, el del Ebro. Campos de maíz interminables y todos los colores del verde en el País Vasco, una pineda con ardillas jugando al escondite o a saltar de rama en rama, un embalse que acompaña los caminos y que el cielo azulea y lo compara con el mar. El mar… él es un paisaje en sí, él es “el paisaje''. Paisajes de ensueño en el amanecer de cada buena esperanza…
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