Te debo unas letras de esas que se cuentan por Sant Jordi,
bueno, más bien te debo un elogio eterno,
un gracias perpetuo por mi estado emocional,
la proclama del abrazo a tu proximidad…
Mi vida, que cada día despierta contigo,
vuela por todos los infinitos para gozar de los descansos,
que nosotros mismos programamos en la delicia de nuestro hogar,
de nuestro sueño de siempre, de nuestra paz,
con sentido y amor, con llama que presume de incandescente…
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