El colegio está vacío, solo, triste, crecen algunas hierbas en el patio, en el huerto de Primaria se ven algunos tomates ya maduros, cuelgan de unas cañas donde se enramaron perfectamente. He dado la vuelta al recinto escolar... los membrillos ya son como el puño de un niño, los romeros están prestos a que los acaricie para llevarme un poco de su aroma exquisito, los olivos siguen brillando al sol. La entrada está triste, no entra nadie, todo cerrado...
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