Dicen que no por mucho madrugar amanece más temprano, pero no está nada mal gozar de más tiempo, de la ilusión de un nuevo día. Lloramos porque estamos tristes, o estamos tristes porque lloramos, me suena mejor la primera parte. Nos rompemos la cadera y nos caemos, o nos rompemos la cadera al caer, parece ser que de mayores suele pasar el primer caso. No son sino naves dijo Critilo, aunque bien dijiste nubes... y de aquí debe venir aquello de que “donde dije digo, digo Diego”. En fin, ya me callo o acabaré haciéndome un nudo, aunque todo es oído por ahí...
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