Una flor en un acantilado...
espectacular belleza en su mecanismo de defensa.
Contemplo el escarpado espacio hasta el agua,
cuyas olas chocan cansinamente contra las rocas.
La flor muestra su belleza nítida e inmaculada,
sólo al alcance de la contemplación respetuosa,
de los admiradores de la creación.
Una flor, abajo el mar, arriba el sol,
y yo de espectador feliz...
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