Tú cara de veinte años emerge cual manzana de montaña,
entre las nubes que acaricia y colorea el sol.
Tus labios cereza proclaman la sonrisa...
que pone al descubierto la blancura de tus dientes,
donde se teclean las notas de la mejor música de bosque natural.
Tus ojos tienen aquella luz que para sí quisieran las estrellas,
y, en conjunto, tú cara de veinte años...
es esencia de delicia, la gloria más pura.
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