Recuerdo aquellos tiempos en los que me conformaba con aquel conato de sonrisa, con aquella media caída de ojos, que te daban ganas de salir corriendo en su búsqueda, aquel indicio, aquella pista, cual miga de pan en el camino, que nunca me comí, para que el itinerario quedará siempre despejado. La felicidad consiste en que los tiempos pasados nunca fueron mejores ni peores, sólo son complementarios y... hoy mejor que ayer, pero menos que mañana...
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