El poeta se extasía ante la firme belleza de una flor de acantilado,
es un don del cielo, una inaccesible gracia de la naturaleza…
El poeta se emociona ante una puesta de sol,
de pálidos rojos abrazando a la luna que asoma…
El poeta se conmueve ante los rocíos de la hierba alta que bordea el río,
como una lluvia de diamantes de colores…
El poeta se pone en trance ante la posibilidad de hacer arte con las palabras,
en el teclado de su alma en celo…
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