Tú sonrisa se merece un vino,
como riego a que no cese,
como aliento a mi alma buscando...
al poeta esmerado que sepa alentarlo.
Tu mirada de luces de amanecer,
lleva implícita el aroma del café,
el sueño del romero,
la esencia de todo el jardín...
que irás proclamando por el día.
Luego, tu paso firme y cadencioso,
tu pelo al viento, tu mano amiga y protectora,
serán como un soplo de oxígeno salvador,
paz interior, luz del buen camino pareado,
al sol del amor que cada día alimentamos
...con gotas de rocío, con lágrimas del cielo.
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