Antes de emprender el viaje, he regado mi tomatera y, al cabo de unos pocos minutos, ha levantado las hojas, ha enderezado los tallos y se ha revitalizado, respondiendo perfectamente a la vida que le ha dado el agua. Sólo tiene un problema y es de difícil solución, pese a hacer muchas flores, no hace tomates, ella vive en un espacio cerrado, soleado y ventilado, pero con una tela mosquitera y, claro, no tiene polinización posible, pese a todo, mide más de un metro y me encanta su olor siempre…
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