Pues sí, uno va haciendo amigos, dejando un amor en cada puerto… El Tubo de Zaragoza, la Calle Laurel de Logroño, un bar cercano a la Maestranza de Sevilla, donde comí el mejor jamón de mi vida, Santurce en Bilbao, donde descubrí el besugo con Chacolí, el pueblo de Cudillero donde vi percebes como los dedos y nos hicieron un rodaballo a la plancha espectacular, Lugo ciudad de muy buen pulpo y Santiago, reina de las mariscadas del Cantábrico… Hay más amores, por supuesto, angulas de Deltebre, langostinos de La Ràpita etc, etc...
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