Me hubiese gustado poner música a mis palabras
y, cuál trovador laúd en mano,
mostrar mis versos que nunca he escrito.
Y allá en el acantilado…
donde las aguas te llevan a todas partes,
componer todas las sinfonías del mar,
y escribirlas en los pétalos de las rosas,
para que lleguen a mi amada…
a través del hilo musical de una brisa de mayo.
Palabras con música…
las hay que la llevan con una sonrisa cómplice…
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