Vaya con el sol, está que se sale, sale y se queda, y se luce flirteando con los cuarenta grados. Pero uno logró cumplir uno de sus sueños… vivir cerca del mar, donde con frecuencia te regala alguna brisa marinera que se agradece, además uno conoce las sombras con banco, donde los airecillos que vienen del mar se captan como una muy lograda bendición. Feliz verano amigos, vayan por la sombra, sean felices...
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