El amanecer corría acelerado,
blanqueaba los caminos de luz matutina,
las rosas blancas ya elevaban sus pétalos,
para estar presentes en el esplendor de tu llegada.
Y apareció el color, que le dio sentido y colores a la luz,
y luego tú y tu sonrisa, y el hablar de tus ojos
y el reír de tus labios hicieron mágico el proceso.
¿Quién da luz a quién?
Contigo se proclama el sentimiento y el color en la luz...
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